La esmeralda más grande del porte del corazón…… .
Narran los cronistas, que aquí en Manta, antes llamado Jocay, la hija del Cacique Tohalli de la cultura Manteña, la princesa llamada Umiña, nombrada así por sus padres por sus grandes y hermosos ojos color verdes cuando nació, a sus veintiún años, quedo huérfana de madre y después de unos años su padre se volvió a casar con la hechicera de la tribu. La madrastra de Umiña al ver que todo el pueblo cada vez que necesitaban ayuda para mejorar su salud o sobre situaciones religiosas, acudían a la princesa, ella se enojaba y automáticamente le producían celos enfermizos.
Narran los cronistas, que aquí en Manta, antes llamado Jocay, la hija del Cacique Tohalli de la cultura Manteña, la princesa llamada Umiña, nombrada así por sus padres por sus grandes y hermosos ojos color verdes cuando nació, a sus veintiún años, quedo huérfana de madre y después de unos años su padre se volvió a casar con la hechicera de la tribu. La madrastra de Umiña al ver que todo el pueblo cada vez que necesitaban ayuda para mejorar su salud o sobre situaciones religiosas, acudían a la princesa, ella se enojaba y automáticamente le producían celos enfermizos.
La madrasta hechicera decidió tomar venganza
sobre su hijastra Umiña, así que comenzó con su hechizo hacia su esposo, para
que el decretara que se enviara a la princesa Umiña amarrada en una balsa y ser
esta abandonada en altamar sin agua y sin comida, pero los subordinados del
Cacique, como le tenían mucho aprecio por lo que Umiña hacía por sus familias
decidieron no hacerlo y dejarla cerca de un pueblo cercano, en el cual le
dieron comida y alimentos, ayudándola a regresar a su tribu.
Después de ver que no tuvo éxito lo planeado,
ordena su esposo nuevamente que envíe a su hija a la montaña más alta, así
mismo como la primera vez, sin alimentos, ni bebidas. A los tres meses apareció
de nuevo en la tribu la princesa, alegando que la había traído un cóndor. La
madrastra enfurecida pensando que aun su esposo estaba hechizado le ordena la
muerte de Umiña, el Cacique al ya estar consiente y enterándose de los planes perversos
anteriores, hecha a su esposa hechicera de la casa y esta lo amenaza que en
tres lunas estaría muerto.
Pasa el tiempo que había decretado la hechicera
y en la madrugada ella ataca y mata con un cuchillo al Cacique, al darse cuenta
de lo ocurrido Umiña llama a los soldados para que la atrapen, pero esta con
sus hechizos se convierte en un lobo feroz y escapa.
Luego de esto el jefe supremo de la tribu, fue
sepultado en su propia casa y Umiña devastada encima de la tumba muere por su
gran tristeza y por no querer ingerir alimentos, en sus momentos de agonía ella
ordena que si llegase a morir nadie mueva su cuerpo de aquel lugar.
Luego de un tiempo los pobladores de la tribu se
dan cuenta que solo el corazón de Umiña no se había descompuesto y que este se convirtió
en una piedra roja, con dos puntos verdes en los costados, que después de un
tiempo comenzó a cubrir a todo el corazón transformándose en una hermosa piedra
preciosa, en una esmeralda.
El nuevo Cacique de la comunidad tomo la
esmeralda llevándola a un templo donde la coloco en un busto de Umiña que habían
hecho, y así las personas podrían ir adorar a la nueva Diosa. Quienes tenían la
creencia de que, si tocaban la piedra, se le curaban todas las enfermedades, se
hizo tan famoso este templo, que personas de todo el continente viajaban a
visitarlo, trayéndole ofrendas algunas muy valiosas, tanto así que en esa época
había grandes cantidades de esmeraldas, ya que el sacerdote que administraba el
lugar y que daba las ceremonias, hacía creer a los visitantes que el dar una
esmeralda como ofrenda era lo que más le agradaba a la Diosa Umiña.
Tiempo después este templo se perdió tras la colonización
hispánica, pero según los registros de cronistas, estuvo establecida en los
cerros alrededor de la actualmente ciudad de Manta.


